domingo, 5 de julio de 2009

Comenzó el Festival Internacional de Poesía de Medellín


La ciudad se abre un año más a los sueños y vivencias de poetas de medio mundo. La XIX edición de este certamen reúne a 65 poetas de 43 países distintos y se prolongará hasta el 11 de julio, con lecturas, recitales, talleres, cursos y conferencias en más de cien puntos distribuidos por toda esta ciudad.

Los sueños, vivencias y realidades de decenas de escritores de todo el mundo se entremezclan un año más en el Festival Internacional de Poesía de la ciudad colombiana de Medellín, inaugurado hoy al aire libre ante cientos de personas bajo una fuerte lluvia.
La XIX edición de este certamen reúne a 65 poetas de 43 países distintos y se prolongará hasta el 11 de julio, con lecturas, recitales, talleres, cursos y conferencias en más de cien puntos distribuidos por toda esta ciudad del noroeste colombiano y por varios municipios de la región.
Como no podía ser de otra manera, el encuentro se inauguró con la lectura de varios poemas, en español y en inglés, que fueron muy aplaudidos por el público, mayoritariamente joven, congregado en el teatro al aire libre Carlos Vieco.
Versos que hablan de amor, de dolor, de tragedias individuales y de otras colectivas. Todos tienen cabida en un festival que pasa a ser un auténtico "arco iris", según el poeta sudafricano Daniel Kunene, por el tratamiento de temas muy variados y la diversidad cultural de sus participantes.
"La tarea del poeta es decir la verdad", reflexionó Usha Akella, de la India, en un encuentro informal con otros autores y con periodistas, previo a la apertura del certamen, declarado Premio Nobel Alternativo en 2006 y Patrimonio Cultural de Colombia.
Lo que está pasando actualmente en Honduras a raíz del golpe militar y el conflicto de hace unos meses en Gaza "se verá reflejado en poemas que transmiten la verdad al mundo", apuntó el estadounidense Jack Hirschman, quien dirige el Festival Internacional de Poesía de San Francisco (EE.UU.).
"Los poetas tenemos tanto que decir a la humanidad, lo venimos diciendo desde hace tiempo (...) pero parece que la humanidad estuviera sorda", comentó a su turno la boliviana Matilde Casazola.
En esa línea, la ecuatoriana Yvon Gordon Vailakis dijo que festivales como el de Medellín pueden ayudar a que "escuchen" aquellos que hacen "oídos sordos" a lo que sucede a su alrededor, porque "la palabra salva y cura".
A juicio de la sueca Agneta Falk, los conflictos actuales y los temas sociales son muy importantes en la poesía contemporánea, pero no más que otros como el amor y la belleza.
A través de la poesía "podemos transmitir cosas tan hermosas como las flores de Medellín", señaló al respecto la estadounidense Jayne Cortez.
Este certamen nació en 1991 y su vocación siempre ha sido, según explicó a Efe su director, Fernando Rendón, "poetizar la vida de la ciudad", que hasta hace pocos años era el centro de operaciones de peligrosos carteles del narcotráfico como el del ya fallecido Pablo Escobar.
Se trata de "combatir el miedo con la esperanza" y de dar cabida en esta cita "a todo aquel que tenga algo que contar", afirman sus organizadores.
Uno de los mayores atractivos de esta nueva edición es la presencia de un importante grupo de autores asiáticos, entre ellos el libanés Fuad Rifka, traductor de poetas alemanes al árabe; el vietnamita Nguyen Quang Thieu, premio nacional de poesía en su país; y el palestino Ghassan Zaqtan, también guionista de cine y dramaturgo.
Entre los europeos figura el poeta ambientalista español Jorge Riechman y del gran bloque latinoamericano se destacan tres autores indígenas: la maya Rosa Chávez (Guatemala), la mapuche Graciela Huinao (Chile) y el aimara José Luis Ayala (Perú).
El evento, que ha reunido durante toda su historia a 863 poetas de 143 países, es financiado por la alcaldía de Medellín, el Ministerio de Cultura de Colombia, los Gobiernos de Suiza y Alemania, y las embajadas en Colombia de España, Francia, Italia y Suecia.
También tiene el apoyo de organizaciones y agencias internacionales de cooperación como Hivos, Döen, Novib, Prince Claus Fund, Heinrich Böll y la Fundación Caipirinha.